Cuando los rayos de sol alcanzan un objeto, una parte de estos atraviesan el objeto (transmisión), otra parte es reflejada al exterior (reflexión), es decir que se reenvían hacia otro objeto, y el resto de la luz se absorbe en el objeto siendo irradiados a posteriori en forma de calor (absorción). La suma de estas tres posibilidades da un cómputo igual al 100%. Para un tejido, de igual densidad, la parte de absorción, reflejo y transmisión varía según el colorido del tejido.
Esta intensidad de iluminación ejerce un efecto directo sobre el ser humano, su capacidad de visión, bienestar, seguridad en el trabajo y economía, creando deslumbramientos en superficies planas y pantallas, efectos térmicos inadecuados y daños en materiales y en el propio ser. El porcentaje de transmisión lumínica depende entre otros de los siguientes factores: