Un toldo es una inversión que se amortiza a largo plazo. Su duración depende de factores relacionados con su fabricación e instalación, pero también en gran medida del uso que el usuario haga del producto. Un toldo de calidad significa que está bien diseñado, que sus componentes, tanto el sistema como la lona, están realizados con buena materia prima, que su adaptación a la medida respeta las prescripciones del fabricante y lleva una confección adecuada, que su instalación ha sido realizada atendiendo a los requerimientos de la norma europea, siendo su anclaje el adecuado para el tipo de pared, que la inclinación y alineación del sistema queden bien regulados, y el nivel de acabado final se vea óptimo.
Uno de los factores básicos para que la vida útil de un toldo sea prolongada, además de asegurar aspectos básicos como la seguridad, comodidad y garantía, es una correcta instalación.
En caso de necesitar la instalación de un toldo, es aconsejable ponerse en manos de un profesional. La inversión le resultará más rentable y, también, conseguirá mayor seguridad y tranquilidad. Recuerde que para disponer de una garantía total de instalación, ésta debe ser efectuada por un profesional.